Si en la boda de Pili y Óscar, papá tenía un papel importante esta vez era el turno de ella, nuestra madre. Mamá actuaría de madrina llevando a su hijo al altar, los nervios, esta vez le tocaba a otro.
Ella siempre ha dicho que si se casaba Lorenzo, llevaría la mantilla negra familiar y cuando Loren y Mari, nos anunciaron la noticia no había más que hablar.
Para la ocasión elegimos un vestido de Matilde Cano en tono coral, que cuando se lo probo, lo tuvimos claro que sería el elegido, sencillo y elegante para dar el toque especial con la mantilla en color negro. Los complementos elegidos sería una peina de plata antigua familiar junto a zapatos y bolso en tono negro.
El novio, nuestro hermano, fue atrevido y elegante, aposto por un traje en tono azul con un toque diferente en su chaleco de cuadros de Nacho Ruberte. Fue la admiración de muchos.
Después de la ceremonia religiosa, le retiramos la mantilla y colocamos un tocado forrado con tela de su vestido y como complemento unas hojas de malla tubular con tapafeas. La peina de plata la posicionamos a un lado del vestido, dando luz al look.
Nosotras la vimos preciosa y es que como hijas suyas que somos, nuestra opinión no es objetiva pero si que podemos decir que es la mejor madre del mundo, la mejor ayuda cuando la faena nos invade, la mejor sonrisa cuando estamos tristes, la mejor de todo... porque simplemente es nuestra madre.
Ella junto a papa, son nuestro mayor referente y ejemplo en la vida, son luchadores innatos de sus sueños, trabajadores continuos en su pasión y soñadores con los pies en la tierra.. ¡son los mejores!
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